DE PUENTE A PUENTE...

Y tiro porque me lleva la corriente....

partiendo de la vergüenzaque me daría pasear en un coche de caballos y contároslo, todavía puede ser peor si el cochero va vestido con un chandal azul chillón y rayas laterales blancas.

¿Qué se hace cuando se como sola en un bonito restaurante?
- pensar lo que os voy a contar
- pensar en donde me gustaría llevarte, sí, sí a tí
- escuchar retazos de conversaciones de las mesas cercanas e inventar su vida.

Desde niña me ha encantado inventarme la vida de los demás, quizás por eso leo tan mal, o no, pero no quiero darme cuenta, las señales no verbales...

A la derecha la pareja dichosamente descontenta, que cambia de mesa tres veces: demasiado cerca de la cocina o de la calle o de... El vino demasiado frio, bueno, ....La cara del camarero...
Al fondo, la familia. Cuatro generaciones reunidas en torno al pulpo. La bisabuela, ¡qué maravilla de estómago! le dan lo mismo las croquetas, que el marisco que los pimientos de padrón...eso sí las pijotas le sentaban mal, todo ello regadito con cerveza. El matrimonio de mediana edad atendiendo a la abuelita y a Nico. El matrimonio joven con sonrisa beatífica. Y el pobre Nico vestidito de pijo prodigio!

Descubrí lo poco social que soy. Me di cuenta que en una ciudad pequeña, haciendo de turista soy capaz de ir sola por la calle, cuando me encontraba a alguien podía suceder dos cosas: que fueran en dirección contraria a la mia; o estaba en la calle de los colgados, a los que tanto atraigo últimamente y ellos viendo mi cara de imbecil venían a pedir con mejores o peores modales. Después de dos sustos seguidos, decido seguir a la gente. ¡Cómo me costó!, la de veces que me volví a perder y tuve que ir a buscar a otras humanas.

Pues esto junto aun monton de fotos, una guía de los sitios que más me gustaron, y a los que quiero volver, ha sido mi viaje a Córdoba.